Curtidores
En nuestra fábrica de curtidos se aúnan tradición y experiencia con el saber hacer transmitido de generación en generación.
Pocos son los negocios de hoy en día, que como el nuestro, puedan decir que hacen perdurar trabajos de padres a hijos durante tantas generaciones.
Nuestra fábrica, y en particular, Genaro González, es una de esas personas que mantienen vivo ese romanticismo de los trabajos tradicionales, donde la calidad del producto sale del esfuerzo diario, teniendo que competir en la actualidad con procesos mecanizados que no ofrecen un acabado tan idóneo del producto.
Desde que don Froilán González creara la fábrica de curtidos en 1887, le han seguido su hijo Genaro, su nieto Albino, su bisnieto Fernando, y en la actualidad, el último de la saga, Genaro González.
Pero no fue este el único negocio de don Froilán, su hijo Heraclio González Prieto gestionó la fábrica de harinas de Santa María del Páramo, y el menor, Claudio, la fábrica de harinas de Astorga.